Recuerdo, hace un tiempo atrás la relación que tuve con mis amigos de infancia y de adolescencia, tuve momentos muy bonitos de mi vida en los que compartí y disfruté, sin embargo y en muchos de estos casos, lamentablemente se van. Pasa que esos momentos, por alguna u otra razón se desvanecen y quedan solamente en nuestros recuerdos. Creo que es parte de lo que es aprender a relacionarse con las personas, acompañados de golpes, desilusiones y experiencias.
He visto muchas de las explicaciones con respecto al libro y en consideración las técnicas que ofrece. En mi caso, yo normalmente tengo que estar relacionándome con una gran variedad de clientes que a la postre refiere a diferentes actitudes y personalidades.
Mi trabajo refiere como asistente de gerencia, en lo que me ocupen ahí tengo que estar para lo que se necesite, debido a esto tengo que mantenerme al margen de las necesidades de la empresa. Esto requiere de la atención de clientes que pueden presentar enojo, molestia, disconformidad o que sencillamente se sientan agradecidos por la buena atención que le podamos estar generando.
Recuerdo un caso que sucedió hace un tiempo atrás, con uno de mis compañeros de trabajo; habíamos solicitado unas camisetas para el trabajo. A mi compañera encargada de proveeduría, se le entregó la que le correspondía a ella, sin embargo no correspondía con la talla que había solicitado. Podríamos pensar que se enojó por no recibir el producto deseado, pero no fue así, sino que con toda madurez, tomó la situación con tranquilidad; a mí sorprendió y me marcó su actitud.
Siento que mi lema hasta el momento es ¨pensar antes de actuar¨, nunca sabes si al abrir la boca estás dañando a otra persona, quizá sin querer pero lo haces. Esto lo aplico en mi vida personal primero pienso y después actúo aunque a veces se me sale de las manos, pero es en el momento que estoy muy enojada, no digo que siempre porque no es así, la mayoría de veces prefiero dejar mi boca cerrada antes de hacer el problema más grande.
